De acuerdo con los estudios realizados en todo el mundo, el primer contacto con las sustancias adictivas, sean estas legales (alcohol y tabaco) o ilegales (marihuana, cocaína, anfetaminas, H, éxtasis, etc.), se produce a edades cada vez más tempranas. Es fundamental enfocar la prevención desarrollando programas que consideren la ocupación del tiempo libre, anticipándose a la situación concreta de las adicciones, teniendo en cuenta la demanda social y la necesidad de cada niño o joven. Escuchando atentamente la palabra de los jóvenes y generando respuestas organizadas para evitar el ocio improductivo, que es la peor opción en cuanto a calidad de vida. Utilizar la actividad deportiva como factor de protección es una herramienta útil, que tiene un costo muy bajo desde lo presupuestario y produce un efecto muy alto desde lo social.
Por regla general, toda persona debería practicar alguna actividad deportiva en su vida. No sólo porque es divertido, sino porque genera actitudes de responsabilidad, y es una manera de mantener al individuo saludable y sin vicios. Además, la práctica del deporte disminuye el estrés mientras que mejora las relaciones personales.
Como señala las Naciones Unidas en el texto “El deporte como instrumento de prevención del uso indebido de drogas” los diversos tipos de deportes no sólo pueden fomentar el trabajo en equipo, sino que puede ser una manera de combatir el consumo de drogas.
El deporte enseña que ser derrotados es una lección de vida
El deporte que hemos desarrollado hasta el momento es el box, que ya se encuentra legalizado a través de un club llamado “DATE UN CHANCE BOXING CLUB” con bastante éxito alcanzando muchos logros en campeonatos locales y nacionales.
En este tema, los deportistas reciben atención médica, a través de evaluaciones periódicas de desarrollo muscular, crecimiento y exámenes clínicos, adicionalmente se los ayuda con vitaminas y colaciones diarias. A los deportistas más vulnerables se le proporciona diariamente un almuerzo. Todo estos servicios son totalmente gratis.
Partiendo del hecho de que para ejercer una mejor prevención debemos conocer el campo donde queremos ejercer la actuación, los padres y/o madres deben estar informados y tomar conciencia del entorno de sus hijos, para poder ofrecer una educación adecuada y efectiva. Desde FUNDACH, valoramos el poder de la familiar como pilar educativo básico para prevenir actuaciones y hábitos no saludables en los más pequeños y jóvenes.
La familia, como elemento esencial en la creación de hábitos e integración de valores durante el desarrollo personal, sobre todo en edades tempranas, supone un área de atención fundamental para que sean ellos quienes puedan ofrecer alternativas y soluciones de conflictos personales y sociales que van surgiendo en estas edades.
A través de estos espacios se busca llegar a estos niveles tan vulnerables mediante charlas que los direccionen en cuanto a los siguientes aspectos: